2013
Viñetas con rouge. Cada vez son más las mujeres que se animan a incursionar en el mundo de las historietas, un espacio que no hace mucho era exclusivo de los hombres. En esta nota visitamos los talleres de Julieta Arroquy, Clara Lago, Carolina Chinasky y Soledad Otero, y hablamos por teléfono con Diana Raznovich, que vive en España para contarte cómo se inspiran y cuáles son sus personajes.
Mujeres que dibujan, que cuentan historias, que se ríen de ellas
mismas. Relatos íntimos y no tanto porque lo que le pasa a una le puede pasar a
otras. Pensamientos, preguntas existenciales, charlas banales… La vida
cotidiana inmortalizada en viñetas y el universo femenino al alcance de todos.
Es que hoy el oficio de historietista y humorista gráfico dejó de ser
territorio exclusivamente masculino.
Fue Maitena la primera en abrir el camino. “Las mujeres se dieron
permiso para hacer otras cosas, no es que adquirieron capacidades que antes no
tenían, sino que simplemente se decidieron a ejercerlas”, opina Daniel
Divinsky, editor de Ediciones de la Flor. El humor femenino, en su mayoría,
tiene algo de poesía, no utiliza gags, no busca el chiste ni un gran remate,
sino que bucea en las emociones, en la interioridad, la cotidianidad y las
costumbres. Y es interesante el fenómeno que genera esto: atrae a los hombres,
muchos de los cuales aseguran que las leen para poder entenderlas mejor. Te
presentamos cinco de estas mujeres que hacen de la historieta su forma de vida.
“ME CUESTA SEPARAR EL
PERSONAJE DE MÍ”
Soledad Otero (28)
“La historieta tiene el formato justo para lo que yo necesito contar.
Además, me gusta mucho trabajar sola”, dice coincidentemente con su nombre
Soledad, que descubrió su pasión por el dibujo cuando era adolescente.
Estudió Diseño textil en la UBA mientras hacía cursos de historieta y un
fanzine con amigas. Su primera historieta autobiográfica llamada Solo
le pasa a Sole, que publicaba en un blog, fue convocada para
participar en Historietas reales. Después trabajó un tiempo para
la revista Billiken haciendo una historieta para nenas. En su
blog actual, La pelusa de los días, sube diariamente una historieta que
cuenta algo de su vida cotidiana. “Trato de separar un poco el
personaje de mí, pero me cuesta mucho. Me gustan los pequeños detalles de las
cosas cotidianas: mudarme sola, vivir con una amiga, separarme de mi ex, estar
con mis mascotas (tiene un perro beagle y un gato persa)”,
dice. Una de las cosas que más le divierte es la interacción con sus
lectores de las redes sociales, que asegura que a veces le dejan ideas
buenísimas para hacer historietas.
Junto con Clara Lagos, Sole forma parte del colectivo Chicks on
Comics, y viajará a la muestra en Alemania. A mitad de año comenzará
a publicar en la revista colombiana Larva, donde tiene ganas de
hacer una historieta más larga y jugar con los formatos de la revista
digital. También da clases en una escuela de ilustración. Asegura que
canaliza de forma natural dibujando una historieta cuando está mal,
tratando de busca el chiste en esos momentos. Además de inspirarse en el
cine, la literatura y la historieta francesa, para escribir saca ideas
de lo que les pasa a sus amigas. Se alegra de que las mujeres se hayan
empezado a acercar a la historieta: “Hay un tono femenino que siempre va a
estar, más delicado, un poco más romántico y estéticamente más suave”,
opina.
“LAS
COSAS DE TODOS LOS DÍAS RESULTAN UN MATERIAL MUY RICO PARA USAR”
Clara
Lago (37)
Dio los primeros pasos en el mundo de la
historieta junto a su amiga Carolina Chinaski, a fines de los años ‘90: armaron
Océano y Charquito, el primer fanzine hecho por mujeres. Poco
después la llamaron para formar parte de Historietas reales, un blog
donde historietistas narran sus vidas en viñetas. Eso la impulsó a crear Clarísimos
días, su historieta autobiográfica, que más tarde fue editada por Domus.
“No me gustaba que fuera como un diario, sino hacer una interpretación de la
realidad según mi mirada”, cuenta Clara. “Las cosas de todos los días
resultan un material muy rico para usar”, dice. Ahora dejó de lado la
historieta autobiográfica para dar lugar a dos señoras llamadas Carlita y
Pinocha. Acaba de ganar una beca para participar este año de la muestra Chicks
on comics, en Berlín, Alemania. Sin embargo, esta mujer que se sintió influenciada
por Charles Schulz (el padre de Snoopy) y estudió Diseño gráfico en la UBA,
asegura que nunca vivió directamente de la historieta. Su sueño a futuro es
poder cobrar por su trabajo.
“TODOS
LOS ARTISTAS TIENEN ALGO DE AUTORREFERENCIAL”
Carolina
Chinasky (37)
Nos recibe en su casa junto a su gato
Cariño, quien se transformó en protagonista de algunas de sus historietas. Sus
comienzos fueron en un blog, y eso quedó plasmado en un pequeño libro llamado Montatormentas.
Su historieta Hija de vecina se publica desde 2010 en el diario Tiempo
Argentino. Antes había hecho ilustraciones para La Nación, una
historieta para el diario del interior Rumbos y otra para El
Conocedor, una revista de vinos. “Creo que todos los artistas tienen
algo de autorreferencial. Antes a veces usaba mis ilustraciones para
tirarle palos a alguien, pero ahora trato de que sean más universales”, dice.
Sus grandes temas son el insomnio, las relaciones y la interacción con los
animales (donde aparece su gato Cariño). En su rutina, después de dibujar y
antes de presentarla, le muestra a su marido la historieta para que le diga si
es graciosa o no. Su mayor sueño es generar mucha exposición y mostrar lo que
hace.
“DETRÁS
DE LA MAYORÍA DE LOS CHISTES SIEMPRE HAY UNA VERDAD”
Julieta
Arroquy (38)
Comenzó con la historieta a los 30 años,
luego de una ruptura amorosa. Como catarsis se puso a hacer unas postales con
frases y dibujos. El pequeño éxito que iba teniendo entre sus amigos y familiares
le permitió llegar a una revista en la que trabajó durante dos años. Hasta que
se le ocurrió mandarle un mail a Daniel Divinsky de Ediciones de la Flor,
que publicó su primer libro en 2010. Casi por casualidad Julieta vio nacer a
Ofelia, su popular personaje de historieta. “Yo no dibujaba personas porque
pensaba que me salían demasiado aniñadas en el trazo. En la Feria del
Libro de 2011, mientras firmaba algunos libros, empecé a dibujar a una
chica y ni bien terminó la feria hice la primera historieta en nueve cuadros
de Ofelia”, cuenta. Hoy, Ofelia es la protagonista de su segundo libro. Y
sale mensualmente en la revista mexicana Mujeres. “No uso cuestiones
de mi vida en Ofelia, pero sí la emoción o el sentimiento. Noté que
cuando ponemos algo de nosotros, eso logra traspasar la pantalla, porque
a los seres humanos nos pasan las mismas cosas (sobre todo a las
mujeres). Cuando uno muestra su costado más flaco –ya sea algo gracioso
o triste– llega más al otro”, comenta Julieta. Ella se inspira en sus
propias emociones, en canciones o diálogos que escucha en la calle, en algo que
le pasó a un amigo o en alguna película que vio. “Me cuesta más ser graciosa
frente a la felicidad porque no hay nada de qué reírse, no hay vacío que
llenar. Y Ofelia siempre tiene algún reclamo porque no logra ver el vaso
medio lleno. En su universo están presentes los desencuentros entre
hombres y mujeres”, dice.
Julieta vive con su gata Nina, estudió
Ciencias de la Comunicación y es autodidacta en el dibujo. Para ella el humor
es el condimento que le permite vivir más livianamente. “Detrás de la
mayoría de los chistes siempre hay una verdad. Mi próxima meta es que
Ofelia ya no esté sola y crear otros personajes con los que pueda
dialogar”, concluye.
DESDE
ESPAÑA
Diana Raznovich es argentina y vive en
España, pero eso no le impidió transformarse en la primera mujer en llegar a la
contratapa del diario Clarín con su historieta Donatela, una mujer que
trabaja y también tiene que ocuparse de su casa. Diana estudió la carrera de
Letras en la Universidad de Buenos Aires, y paralelamente se formó en dibujo.
En los años ‘90 publicó un libro de humor gráfico que se llamó Cables
Pelados, y comenzó a colaborar semanalmente en el diario Tiempo
Argentino de entonces. “La tira diaria te da un ritmo creativo muy potente,
te da difusión en gran escala y te da popularidad”, asegura. Sus
protagonistas generalmente son mujeres, y aunque sus temáticas son muy
variadas, le interesa el humor comprometido (por ejemplo, hizo una campaña
pública con mis historietas en España contra la trata de mujeres). “Me
encanta que la gente desayune todos los días con una dosis de humor y
esa sonrisa cotidiana que se mezcla con las dificultades de cada
día”, concluye.
Fotos: Charlie Lorenz/Fernando Carrera
Fotos: Charlie Lorenz/Fernando Carrera